jueves, 2 de abril de 2009

Lo que ha de ser será y no fuiste ni serás tú...

Una caricia suave y un beso tierno fue el inicio de la mejor relación que para el momento pensaba había tenido en mi vida! Nacieron a cada minuto palabras, ilusiones, sonrisas, pasión, comprensión, cariño, sueños, esos sueños que en soledad tenemos todos, y que en ese momento era uno compartido. Siempre lo dije y lo mantengo, según “el estado ideal por fin llegaría a mi vida”. Que inocente fui, más aún cuando pasó el tiempo y creí en un supuesto ‘’amor’’ existía, mientras pasaron los días sin ser integrado debido al miedo por el “¿qué dirán?”.

Lo mejor de las personas está dentro de ellas, en su corazón, y lo demuestran con sus acciones, cariño, ternura, respeto, tolerancia, paciencia, amistad... las demás cosas no tienen tanta importancia, ser alto, bajo, rubio o moreno, discapacitado o no... qué más da, “al fin podía sentir seguridad en lo que la vida me había puesto como prueba, creí poder tener una bella y sobre todo respetable y seria relación”, todo lo que con el pasar del tiempo veía en esta vida (desde más abajo, una silla de ruedas) y me llevaba a decir “lo que realmente cuenta es cómo es esa persona, cómo muestra su amor, cómo comparte contigo todo lo que tiene, cómo es una buena pareja y sobre todo una buena amiga, sí puedo ser feliz, sí puedo amar y ser amado, tal cual como soy”.

Lo cierto es que el aspecto también importa, no podemos negarlo, en realidad el amor es una explosión que nos hace sentir esa atracción mágica hacia otra persona, basada en una combinación entre el alma y el cuerpo. Por mi parte pienso en momentos de soledad “si hay que elegir, recuerda siempre que lo que perdura es el alma de cada quien, no sus cuerpos”. Pero, ese es mi punto de vista.

No podemos obligar a nadie a querernos y mucho menos a amarnos, lo que sí es importante es luchar, luchar con garras por lo que realmente te hace feliz, más allá de los miedos, más allá de la distancia, más allá del qué dirán! Es que acaso las personas como yo ‘’con alguna discapacidad’’ no tienen derecho a llevar una vida de pareja normal, donde puedan compartir, donde puedan opinar, donde puedan sentirse integrado, donde pueda sentirse que representan a esa persona que está al lado, pues una vez más digo “injusta sociedad”, “injusta impotencia”, “injusto dolor”.

Sólo pido que todo esto no me sea indiferente e inmune, pues el dolor de saber que a veces caminar es un requisito para poder llevar una relación “normal” me ha hecho más fuerte, a pesar de que hoy mi alma se encuentre tocada.

Pido una segunda cosa “que el destino de los que miran diferente a personas que tienen alguna discapacidad, jamás les ponga en su camino una prueba como ésta, que se mantengan sanos y “normales” siempre, a ellos y a los suyos. Me pregunto, será que si en un futuro deciden hacer su vida con la persona “ideal” y ésta de pronto tiene un accidente, ¿qué harán…? o ¿es que se está exento a una silla de ruedas…? lo único que se necesita es estar bien para que algo como esto pueda ocurrir, (puedo recordar que caminaba y ahora no).

Saldré adelante, pues ¡soy un guerrero! –y esto no es nada que no pueda superar- estarán leyendo nuevamente líneas de armonía, dejo claro que no he perdido mi esencia y que la magia del universo aún me acompaña, sigo siendo un soñador apasionado del amor, que lo que más desea es amar y ser correspondido (con todo y silla incluida), sé que llegará la persona que valore quien soy, que no la paralizará el miedo, que defenderá por encima de todo lo que siente y que no se esconderá detrás de excusas banales.

Y a ti, mi mundo no es tu mundo y no puedo juzgarte por eso, ni por dejar de querer, ni por no poder estar con un chico al cual nunca le diste el valor que merecía. Gracias por la sinceridad, pero hubieses sido mejor y menos doloroso que no te atrevieras a nada si finalmente -según tú- no eres lo suficientemente fuerte para estar con alguien que tiene que usar una silla de ruedas, que necesita de ayuda y apoyo para poder vivir. En cuanto a que es mucha responsabilidad, todo en esta vida implica responsabilidades y nadie escapará de ello. Finalizo aclarando una de tus últimas frases, ‘’nunca has estado con alguien que esté en una silla de ruedas, no sabes lo qué es’’, pues te equivocas día a día estoy conmigo mismo, nunca, jamás podrá ser más difícil para otra persona, soy yo quien está “limitado”, pero no de humildad, no de sentimientos, no de esencia, no de personalidad y mucho menos de ganas de vivir, de cumplir mis metas, de realizar todos mis sueños, y luchar cada día por hacerle entender a esta sociedad y a personas como tú, que la discapacidad está en la mente de cada quien y que los límites nos los ponemos cada uno de nosotros al distraernos, dejando pasar por alto el gran valor que como seres humanos tenemos. Así que también está demás otra de tus frases ‘’siento que eres lo que siempre soñé como hombre, pero quisiera que las cosas fuesen distintas, ¡que caminaras!” ¿Y es que yo no?, vaya requisito para amar y tener una relación.

Lo que ha de ser será y no fuiste ni serás tú, ser una persona con discapacidad es... ¡la capacidad de ser extraordinariamente capaz!

Para la reflexión ¿quién es el limitado?

Saludos,

Dave

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